El ahorro energético es algo que a todos nos importa, ya que afecta directamente a nuestro bolsillo. En el ámbito del hogar es muy sencillo reducir el consumo de energía si se siguen ciertos consejos. Este artículo lo vamos a dedicar exclusivamente al uso de la plancha y al ahorro energético que se puede derivar del mismo.
Aprovecha el planchado
Asegúrate de que cada vez que enchufas la plancha es para planchar la máxima cantidad de ropa posible. El pico de consumo de este electrodoméstico se registra entre el periodo que abarca desde que se enchufa hasta que consigue una temperatura óptima. Ese proceso de calentamiento es el que mayor cantidad de energía eléctrica consumo y es por eso que debemos aprovechar cada planchado y no encender la plancha para un número de prendas que no sea consistente.
No te pases con la humedad
Tal y como vimos en post anteriores, cierto grado de humedad en la ropa antes del planchado puede ayudarnos a conservar mejor las prendas. No obstante, un exceso de humedad provocará que la plancha tenga que trabajar más y, por lo tanto, el consumo de la misma sea más elevado.
Plancha en horario barato
Aunque normalmente planchamos cuando sacamos un hueco para esta tarea, lo más aconsejable para el uso de este tipo de electrodomésticos de consumo elevado es utilizarlos en horarios en los que la energía sea más barata. La tarifa eléctrica depende del horario y el precio varía a lo largo del día, así que lo aconsejable es planchar durante horarios baratos (siempre que se pueda).
Estira bien las prendas
Después de secar la ropa, ya sea en una secadora o un tendedero, lo aconsejable es estirar bien las prendas para su planchado. Esto nos ayudará después a obtener un planchado perfecto en menos tiempo y, por tanto, estaremos aprovechando mejor la energía que utilizamos para planchar.